Actualidad
El Salón Edan “Lola Eventos” estafó a una novia el día de su boda: El salón estaba cerrado

La felicidad que debería haber acompañado el día de su boda se convirtió en una pesadilla para Lilia y Carlos, quien contrataron los servicios del Salón Édan (también conocido como Eventos Lola) para celebrar su enlace el pasado 1 de septiembre. Lo que debería haber sido un día de ensueño se tornó en una experiencia traumática llena de sorpresas desagradables.
El inicio de la tragedia ocurrió cuando los invitados de la boda llegaron al Salón Édan y se encontraron con las puertas cerradas. Isabel Noemí Limeres, la directora del lugar, alegó que se había confundido con la fecha y pensaba que el evento se llevaría a cabo al día siguiente, a pesar de haber confirmado repetidamente la fecha con la novia y su familia durante la semana previa.
La situación ya era mala, pero empeoró cuando los invitados entraron al salón. Este se encontraba en estado de abandono, sucio y desarmado, a pesar de que Limeres había prometido que todo estaría listo para el evento. En medio de la confusión, Limeres prometió reembolsar la mitad del dinero pagado y la familia de la novia se vio obligada a hacerse cargo de la preparación del lugar.
La pesadilla no terminó ahí. Durante la recepción, los invitados se encontraron con una comida deplorable: pizza recalentada, sanguchitos viejos, fiambre duro y hasta sobras de lengua en escabeche y pedacitos de cuerito de chancho. La bebida se sirvió caliente, y la cena consistió en platos recalentados y chinchulines que parecían fosilizados. Las mesas estaban adornadas con compoteras de ensalada con lechuga en estado lamentable.
La sorpresa continuó cuando llegó el momento de la mesa dulce, que nunca se montó, y el DJ anunció que no había nada preparado. Supuestamente, el paquete incluía también un desayuno que nunca se sirvió.
Además de la falta de preparación, la novia y sus invitados tuvieron que soportar los malos tratos de la moza principal, quien fue la única que llegó al evento por sus propios medios y observar pasearse a una joven con poca ropa sirviendo la deplorable comida. El hermano de la novia incluso tuvo que ir en su automóvil a buscar al barman y a otros mozos.
Al final de la noche, cuando la novia preguntó a Limeres sobre el reembolso, esta le entregó un par de billetes que apenas cubrían una fracción de lo pagado, argumentando que tenía que pagar a su personal y que le diera tiempo. La novia se sintió indignada por esta respuesta después de haber experimentado tal desastre.